Bajo la inocente denominación de café gourmand (que encontraréis en los menús de los bistrots franceses), se oculta nada más y nada menos que un café expreso y un tentador alijo de dulces delicias caseras.

Es el postre ideal para indecisos, porque acabas probándolos todos, pero también un pecado mortal de cuidao’… a menos que lo compartas sabiamente.

François con su croissant, muy majo y súper francés, pero poco dado a la conversación y a la comida

Idealmente… con alguien un pelín más distraído y buen comedor que mi buen François 😁

¡La receta del susodicho alijo de dulces delicias está aquí!