¿Conocéis la fábula? Cuenta la historia de una rana confiada y un escorpión cautivador que se encuentran a la orilla de un riachuelo. Él se ha empeñado en cruzar al otro lado, pero no sabe nadar, así que echa mano de su encanto y le pide a la rana que le ayude.
Ella se siente un pelín reticente pero, ávida de buen karma, le pregunta «¿cómo sé que no me picarás?»
A lo que el escorpión responde, con contundencia, «si te pico, nos ahogaremos los dos».
Ya que la respuesta tiene cierto sentido, la rana se convence y decide que esa sea su buena obra del día. Pero apenas tocan el agua, el escorpión no puede resistirse a clavar el aguijón en su bienhechora porteadora.
La rana, aturdida, le pregunta «¿por qué lo has hecho? ahora nos hundiremos los dos».
A lo que él contesta, sonriente, «porque… soy un escorpión» 😅